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5 Abril 2011
Bolet�n Armas para Defender la Salud n�113
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Foto: Central de Three Mile Island, en Harrisburg.


La semana pasada se conmemoraba que hace 32 años, el 28 de marzo de 1979, se produjo el accidente en la central nuclear de Three Mile Island (TMI), en Harrisburg, Pensilvania, EE UU.
Es habitual que coincidiendo con la “conmemoración” anual los medios de desinformación masiva repitan como loros la versión oficial que puede resumirse así: "en la fuga de Harrisburg no hubo víctimas, no se presentaron secuelas a largo plazo".

En un reciente artículo sobre el accidente de Harrisburg, Ecologistas en Acción afirmaban que las “emisiones de gases radiactivos a la atmósfera nunca se cuantificaron, ni tampoco sus efectos en la población[1].
Esto es falso porque los hechos epidemiológicos demuestran otra cosa.


Foto: profesor  J. E. Sternglass [2]

Y los hechos fueron revelados en primer lugar por el profesor  J. E. Sternglass, profesor de radiología de la universidad de Pitsburg hasta 1984, presidente de la sección de Pittsburg de la Federation of American Scientists, miembro de American Physical Soc., de la Radiological Soc. of NA., de la American Association of Physicist in Medecine.
Sternglass ya había denunciado anteriormente la mentira con la que se engañaba al pueblo norteamericano de que las pruebas de bombas atómicas realizadas en el Pacífico e incluso en suelo norteamericano no emitian contaminación radiactiva peligrosa.
En cuanto se produjo el accidenté voló alli y trabajó sobre los datos disponibles. El Dr. Sternglass demostró que se produjo un aumento neto de la mortalidad en los recién nacidos en el verano de 1979; es decir, en los que eran fetos de 5 a 6 meses cuando sobrevino el accidente [3] [4].

La mortalidad ascendió a más del doble.
Hecho particularmente evidente porque en el mismo período sucedía todo lo contrario en el resto de los estados. Mientras que la mortalidad infantil en Estados Unidos descendía, en Pensilvania aumentaba:
14,1 decesos por mil en marzo y 12,5 en julio en el conjunto de EE.UU., pero
10,4 por mil en marzo y 18,5 en julio en Pensilvania.

Este no es el único agravante. La variación no tenía precedentes, pues Pensilvania estaba generalmente por debajo de la tasa de mortalidad general del conjunto de Estados Unidos.
¿Cómo explicar que de pronto se situase por encima?

Sternglass trabajó también sobre las tasas de mortalidad de los demás Estados atravesados por la nube radiactiva y determinó que se había producido un aumento del 427% en los decesos en los cuatro meses siguientes al accidente.
En el lugar de los hechos el aumento era todavía mayor: 630%.
 
Sternglas demostró que el número de decesos suplementarios seguía la trayectoria de la nube y decrecía con el alejamiento[5].



Gráfico: Reparto de la mortalidad infantil en el nacimiento a diferentes distancias del reactor a partir de un radio de 10 millas de Harrisburg. Las cifras indican los cambios en el porcentaje durante los meses de febrero hasta abril de 1979 y de mayo hasta julio de 1979[6].


Como puedes ver el mayor aumento se produjo en las zonas que estaban más cerca del reactor.  
También puedes ver que en Nueva York, Ohio y en general Estados Unidos la  mortalidad no sólo no aumentó, sino que siguió decreciendo durante el mismo periodo según su tendencia anterior.


Foto: Entorno de Harrisburg

Sternglas no fue el único en denunciarlo.
Sus estudios citados concordaban con los del secretario de salud del estado de Pensilvania, el Dr. Mc. Leond que admitió que tanto en las zonas de 5 millas como en las de 10 millas, la mortalidad infantil había aumentado considerablemente después del accidente. Sólo esto le costó el puesto y fue obligado a dimitir. Tras su dimisión recibió numerosas llamadas informándole de diversos empleados de la oficina sanitaria informándole de que los datos médicos anómalos observados no eran publicados.[7]
Su sucesor el Dr. Arnold Muller tuvo la desvergüenza de declarar que la mortalidad infantil no había variado en todo el estado de Pensilvania y el informe oficial de mayo de 1980 mintió concluyendo que “no había habido un aumento de la mortalidad fetal ni en los recién nacidos, ni de los niños, ni tampoco ningún efecto nocivo para la salud”.
Vamos, que sólo le faltó decir que la salud de la población mejoró gracias al accidente.
Una confirmación más de la política de secreto y mentiras que acompaña inevitable e indisolublemente a la energía nuclear, como podemos comprobar actualmente en la información sobre Fukushima.[8] 


Foto: Jay M. Gould y Sternglass [9]

Otros autores tampoco estuvieron de acuerdo y denunciaron el fraude del gobierno y sus “expertos” corroborando los estudios de Sternglas y ampliándolos a la mortalidad general. Uno de ellos fue Jay M. Gould, presidente del Instituto de Investigación Pública Data Access de Nueva York, que luego dirigiría el Radiation and Public Health Project [10]. Gould publicó una rigurosa reevaluación en 1987 basada en las estadísticas oficiales del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias[11]. En ella se comprueba que mientras la mortalidad general aumentó entre 1979 y 1980 en un 1,5% en Estados Unidos (reajustada para la edad), el mayor aumento se produjo precisamente en los estados situados en un radio de 500 millas alrededor del reactor accidentado de Harrisburg. Evaluó que se habrían producido más de 50.000 casos mortales suplementarios entre 1980 y 1982. Como Pensilvania y Nueva York se encontraban más próximas de los vientos descendentes, tenían los aumentos de casos mortales más grandes, importantes y significativos: Pensilvania 5,5% y Nueva York 5,2%.

Se dieron cifras del aumento del iodo pero no de otros elementos radiactivos mas peligrosos.  Se calcula que el iodo 131 expulsado en los 6 primeros días dispersó una radiactividad equivalente a 14- 20 curios. [12]

El director del reactor reconoció en un documento privado que en los 6 días y medio posteriores al accidente que 10 millones de curios de gases raros activos se habían vertido al ambiente y que 6 de ellos se vertieron en el primer día.[13] [14]
La radiactividad en los medidores situados en el lugar de la conferencia de prensa que se celebró tras el accidente en Harrisburg indicaban valores entre 3 y 4 veces más elevados que lo probaban. El mismo Sternglass cuando tomó el avión para asistir a esta conferencia 36 h. después del accidente midió en su detector Geiger valores de 4 a 15 veces más elevados que la radiactividad habitual de base.[15]
Por lo tanto está probado desde el primer momento las autoridades sabían que la radiactividad había sido emitida pero tardaron 3 días en recomendar la evacuación de las mujeres embarazadas. Esto significa que los fetos que estaban en el útero ya habían recibido el iodo radiactivo en sus tiroides y que las medidas profilácticas iban a ser inútiles exactamente igual que está sucediendo en Fukushima ahora.
Los efectos del yodo radiactivo explican el aumento de la mortalidad inmediata en los recién nacidos ya que los fetos no habrían podido madurar dentro del útero y padecían problemas respiratorios como se pudo constatar en los hospitales de Harrisburg pero también de Pitsbug tras el accidente.[16] [17] [18]
Pero los efectos en el tiroides no son sólo inmediatos, ni se limitan a la mortalidad, también suponen un retraso en el crecimiento y en el desarrollo intelectual para los cuales un buen funcionamiento de esta glándula endocrina es esencial. Buena prueba de ello son los retrasos intelectuales de niños suecos constatados tras el accidente de Chernóbil, como señaló el pasado mes el profesor Yablokov [19]
Y no hay que olvidar que el Yodo es solo uno de los elementos radiactivos que se escapó tanto en Harrisburg como en todos los accidentes incluyendo el actual de Fukushima. Centrarse en el yodo es una coartada para omitir otros elementos mucho mas peligrosos y duraderos como el cesio, el estroncio y el plutonio.

Los efectos por supuesto no se limitaron a las zonas cercanas como muestran indiscutiblemente estos estudios ocultados. Los efectos tardíos se extendieron mucho más lejos y no sólo afectaron a Estados Unidos. 
En Gran Bretaña, en Gales, a 5000 km de distancia se detectó un aumento de iodo 131 en la tiroides de los corderos desde finales del mes de abril hasta mayo de 1979. 
Hoy acabamos de comprobar cómo en menos de 2 semanas el iodo radiactivo escapado de Fukushima ha dado la vuelta al planeta.

A pesar de todas estas evidencias las autoridades y algunas revistas científicas las negaron[20].  Hoy ya no es posible hacerlo.
Además sabemos que estos estudios sólo muestran una pequeña parte del drama.
La mortalidad perinatal sólo es la punta del iceberg. Es la muestra más visible de algo mucho más importante, pero desgraciadamente invalorable: el aumento de cánceres y el deterioro general de la salud de la población que sólo se manifestarán en el curso de decenas de años.
Y lo peor: el aumento de mutaciones genéticas que sólo se manifestarán en el curso de generaciones venideras.

El accidente de Harrisburg fue clasificado como de nivel 5 en la escala INES (que llega hasta el 7), pero estuvo a punto de ser todavía mucho mas grave porque el núcleo del reactor casi se funde completamente. Como está ocurriendo en estos momentos no en una sino en tres centrales de Fukushima.
Muchos lo temieron y no solo los expertos .
A pesar de las noticias como siempre tranquilizadoras que los expertos y el gobierno vomitaron sobre la población, 170.000 personas se fueron de las zonas más cercanas al reactor. Un detalle surrealista es que la diócesis católica autorizó a todos los curas para que dieran la absolución general [21], una ventaja insospechada de los accidentes nucleares de parte del Vaticano. ¡Los pecadores moriremos contaminados pero libres de nuestros pecados gracias a la energía nuclear!

Evidentemente, tras la publicación de su informe, Sternglass fue objeto de furibundas acusaciones y se destruyeron 25.000 ejemplares de su libro. Lo que no le ha impedido continuar su lucha denunciando y documentando científicamente los efectos ocultados de las bajas dosis de radiación en otro libro[22] y colaborando en numerosos proyectos antinucleares. Con Gould y el Radiation and Public Health Project realizaron entre otros el estudio “ratoncito perez”[23]. El ratoncito perez mostró que las concentraciones de estroncio radiactivo en los dientes de leche de los niños que vivian en los entornos de las centrales nucleares eran mayores. Una prueba mas de que las centrales nucleares en funcionamiento normal también contaminan.[24]
Por su parte, Mc. Leond fue premiado con un despido de su cargo de secretario de salud de Pensilvania por decir la verdad y confirmar el aumento de la mortalidad infantil tras el accidente.
Estos hechos son una demostración más de que no es fácil denunciar las mentiras del lobby nuclear. 
Hacer circular esta información vital tiene su precio y estos dos hombres valientes aceptaron pagarlo por el bien de la humanidad.
Justo lo contrario de lo que los medios de desinformación practican.

Harrisburg es otro caso de las mentiras que siempre ha sufrido la población de todos los países respecto a los riesgos nucleares. El accidente tuvo un impacto masivo sobre la gente y fue especialmente evidente que la mortalidad infantil aumentó. Los datos epidemiológicos que fueron ocultados así lo revelan.

La central de Tres millas revisitada[25]

[http://blip.tv/file/4899787]

 

Este documental cuestiona la versión oficial de la industria nuclear y del gobierno según la cual nadie murió como resultado de la fusión del núcleo en la instalación nuclear de Three Mile Island en Pennsylvania.
Utiliza el testimonio de residentes en la zona y los descubrimientos científicos que revelan que las muertes, especialmente de cáncer y defectos congénitos en los niños, se han extendido desde el accidente de 1979.
También puedes ver en el las intervenciones de los Drs. Sterngass y Gould que mencionamos en este artículo en el minuto 14.30 del reportaje mostrando algunas de sus estadísticas sobre el aumento de la mortalidad. El documental incluye testimonios de otros científicos como Hellen Caldicott fundadora de “Médicos resonsables socialmente”, Michio Kaku físico de la Universidad de Nueva York,
Además señala que de el propietario de la central de Three Mile Islands silenciosamente resolvió numerosos casos los daños presentados por personas gravemente afectadas por el accidente. Ganador del Premio Worldfest Silver Award en el Festival Internacional de Cine de Houston. Ganador del Director?s Citation, Black Maria Video y Film Festival. Seleccionado en 1993 para el

Earth Peace International Film Festival.  Producido por EnviroVideo en 1993.


En Harrisburg estuvo a punto de producirse el “síndrome de China” igual que en Chernóbil y ahora en Fukushima. Para los pronucleares fue una mala casualidad que una película con el mismo nombre precisamente se hubiese estrenado unos días antes en Estados Unidos.
Si no la has visto ahora tienes la ocasión de hacerlo en el enlace que damos a continuación. Jane Fonda dice en una de las secuencias que una fusión podría forzar la evacuación de la población en un área "del tamaño de Pennsylvania"
No puedes perderte en especial la genial interpretación del Jack Lemon que desarrolla un papelazo realmente impresionante en ella.

 

Película el síndrome de China [http://www.cinetube.es/peliculas/intriga/el-sindrome-de-china_espanol-dvd-rip-megavideo-35770.html]


 
A pesar de los efectos confirmados de este y de otros accidentes, a pesar de que existen pruebas de que las centrales en funcionamiento normal también contaminan, la desinformación con la que se engaña a la gente permite que sigan sucediendo.
Fukushima puede ser el último accidente solo si la contrarrestamos y eso depende de todos nosotros.
Para ello es importante dar a conocer la historia de Harrisburg y de todas las mentiras que los medios de desinformación difunden. Porque si ignoramos la historia estamos inevitablemente condenados a repetir sus errores, como en Fukushima. 

  

Referencias:

[1] 32 años del accidente de Three Mile Island. El accidente de Harrisburg empequeñecido ante el de Fukushima. Ecologistas en Acción. http://www.ecologistasenaccion.org/article20242.html

[3] Sternglass E. J. “Infant mortality changes followin the TMI accident” Trabajo Presentado en el tercer Congreso anual de ingenieros y arquitectos en Tel Tel – Aviv Israel. 25 1 1980.

[4] Sternglass E. J.”secret fallout” Mc Graw Hill BC, New york 1981.

[5] Sternglass E. J. “Infant mortality changes followin the TMI accident” Trabajo Presentado en el tercer congreso anual de Ingenieros y arquitectos en Tel – Aviv Israel. 25 1 1980.

[6] Ralph Graeub “ l'effet petkau” Editións d' en bas. CP 304 , 1017. Laussane 17 Suisse. Pgna. 87.

[7] Mac LeodG “TMI and the politics of public health” presentado el 22 de Noviembre de 1980 durante la conferencia Physicians for social responsability Columbia international affairs auditorium, New York City.

[8]Boletín 111 Mientras que las masas de aire contaminado se han detectado en Islandia, Suecia, Finlandia y Alemania, CRIIRAD denuncia la ocultación del Departamento de Energía de EE.UU
Las cifras de la contaminación del aire existen pero que son confiscados por los estados
CRIIRAD /downloads/ads111.htm

[9] http://www.mindfully.org/Nucs/2002/Tooth-Fairy-Project8jan02.htm

[10] Jay M. Gould Radiation and Public Health Project, New York. ( www.radiation.org ). Contact: 302 West 86 St., New York, NY, 10024.

[11] Gould Jay M. “US Mortality and TMI” Released May 24 1987. Public data acces Inc.30 irwing place NY city NY 10003.

[12] Sternglass E. J.”secret fallout” Mc Graw Hill BC, New york 1981.

[13] TRD-TMI- 116, 31 de julio 1979. Ralph Graeub “ l'effet petkau” Editións d' en bas. CP 304 , 1017. Laussane 17 Suisse. Pgna. 87.

[14] Tredici R. “Die meschen von Harrisburg” Verlag 2001, Postfach, D- 6000 Frankfurt a/M61 (1982).

[15] Sternglass E. J.”secret fallout” Mc Graw Hill BC, New york 1981.

[16] Sternglass E. J.”secret fallout” Mc Graw Hill BC, New york 1981.

[17] Torrey L. “Radiation cloud over nuclear power” New scientist 24.4.1980, S.197-199.

[18] Sternglass E. J. “Infant mortality changes followin the TMI accident” Trabajo Presentado en el tercer congreso anual de Ingenieros y arquitectos en Tel Tel – Aviv Israel. 25 1 1980.

[19] Armas para defender la salud:
Boletín 111
Dos videos importantes sobre el mayor fraude médico y científico de todos los tiempos que ha producido las más graves consecuencia para todos los seres vivos
Según el Dr. Alexey Yablokov, miembro de la Academia Rusa de Ciencias, el accidente de Japón podría ser peor que Chernóbil
Según Janette Sherman, Doctor en medicina, especialista en toxicología, Chernóbil ha ocasionado ya un millón de víctimas Alfredo Embid
/downloads/ads111.htm

[20] Torrey L. “Radiation cloud over nuclear power” New scientist 24.4.1980, S.197-199.

[21] Tredici R. “Die meschen von Harrisburg” Verlag 2001, Postfach, D- 6000 Frankfurt a/M61 (1982).

[22] Sternglass E. J. “Low level radiation”. Ballantine Books. New york 1972.

[23] Boletín71: El estudio "Ratoncito Pérez" demuestra que el aumento de cánceres infantiles está relacionado con la contaminación radiactiva por Estroncio 90 que también afecta a la herencia. Alfredo Embid.

[24] Boletín nº342 Aumento de la incidencia de cáncer alrededor de las centrales e instalaciones nucleares. Revisión de 23 estudios en Alemania, Inglaterra, EEUU y España Alfredo Embid http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol342.htm

[25] Three Mile Island Revisited 28 marzo 1979. http://blip.tv/file/4899787


Anteriores boletines sobre Fukushima

Armas para defender la salud:

Boletín 112 
La catástrofe sigue en curso: Se detecta plutonio en torno a la central. El cesio ha dado la vuela al mundo y se encuentra en Moscú.
3 científicos predicen que Japón se convertirá en el mayor accidente nuclear de la historia y que la energía nuclear está acabada.
[3 VIDEOS]
Alfredo Embid
JAPÓN: ¡millones de personas a merced de la radiactividad!
Comunicado de CRIIRAD
/downloads/ads112.htm

Boletín 111 
Dos videos importantes sobre el mayor fraude médico y científico de todos los tiempos que ha producido las más graves consecuencia para todos los seres vivos
Según el Dr. Alexey Yablokov, miembro de la Academia Rusa de Ciencias, el accidente de Japón podría ser peor que Chernóbil
Según Janette Sherman, Doctor en medicina, especialista en toxicología, Chernóbil ha ocasionado ya un millón de víctimas Alfredo Embid
Mientras que las masas de aire contaminado se han detectado en Islandia, Suecia, Finlandia y Alemania, CRIIRAD denuncia la ocultación del Departamento de Energía de EE.UU
Las cifras de la contaminación del aire existen pero que son confiscados por los estados 
CRIIRAD /downloads/ads111.htm



Boletín 110 
La contaminación radiactiva de Japón llega a Europa. Modelo de riesgos y medidas de contaminación fraudulentos
Resumen de la situación actual. 
La irresponsabilidad USA continúa.
El fraude de las dosis seguras.
El modelo de riesgo de La Comisión Internacional de Protección Radiológica, CIPR es un fraude.
El fraude de las medidas de contaminación.
El ejemplo del cesio liberado en Japón, concentración en las cadenas alimenticias y duración.
Acabar con los vampiros nucleares. Alfredo Embid. 
/downloads/ads110.htm



Boletín 109 
Mas cosasque no te cuentan sobre el accidente nuclear en Japón
Modelo de riesgo radiactivo del ECRR y Fukushima 
Chris Busby Secretario Científico. 
ECRR Comité Europeo de Riesgos de la Radiación.
Comunicados del CRIIRAD Comisión de Investigación y de Información Independiente sobre la Radioactividad.
Comunicados de Marzo
Libro “Recomendaciones del Comité Europeo sobre los Riesgos de la Radiación (ECRR). Los efectos de la exposición a la radiación ionizante a bajas dosis sobre la salud con aplicaciones sobre la protección radiactiva” a disposición pública.
Intervención de Alfredo Embid en Telemadrid 
[VIDEO]  
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Boletín 108 
Lo que no te cuentan sobre el accidente nuclear en Japón
Cronología de la contaminación radiactiva
Primera explosión
Segunda explosión
Tercera explosión
Las medidas preventivas no previenen
El fraude de la clasificación del incidente
Parte del accidente se podría haber evitado con la única medida preventiva posible
El fraude de las dosis admisibles y de las mediciones
El modelo de riesgos es un fraude Alfredo Embid
Riesgo de Fukushima 
Low Level radiation campaing 
/downloads/ads108.htm

Armas contra las guerras:

Boletín nº358 Contaminación radiactiva por partida doble:Fukushima y Libia 
La nube radiactiva inicial emitida por Fukushima ha dado ya la vuelta al mundo, los bombardeos en Libia pueden añadir más contaminación radiactiva

  • ¿Un entrenamiento para la guerra nuclear?
  • Los misiles de crucero no son las únicas armas que llevan uranio
  • ¿Qué le espera a la población de Libia?
  • El uranio empobrecido no es uranio empobrecido
  • Contaminación para siempre.
  • El tamaño de las partículas las convierte en un gas
  • Fukushima + Guerra de Libia = mas radiactividad para todos
    Alfredo Embid

Enlace para este boletín: http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol358.htm

 

Boletín nº355 
PLUTONIO, PULMONES Y EFECTO DE PROXIMIDAD 
Un oportuno trabajo para entender lo que no nos cuentan del actual desastre en Japón.
Maurice E. André
Comandante, antiguo oficial N.B.C. (*) con función exclusiva en la Fuerza Aérea Belga
(*) N.B.C.= Experto en guerra nuclear, biológica y química
Introducción,  traducción, ilustración y notas finales de Alfredo Embid. 
Enlace para este boletín: http://ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol355.htm

 

 

 

 

Accidente de Harrisburg, desinformación en los medios
Si ignoramos la historia estamos inevitablemente condenados a repetir sus errores, como en Fukushima 
+1 VIDEO y una película

Alfredo Embid